Valle-Inclán y el negocio de sus libros: la venta de  Jardín novelesco , la publicación de 

Sonata de estío (1906) y algunos datos más»,  Anuario Valle-Inclán , 9 (2009), pp. 53/751-65/763.

De sobra se conocen las difíciles y hasta conflictivas relaciones de Ramón del Valle-Inclán con los editores y libreros cuyo «concepto pacato, ruin, misérrimo del comercio» denunciaba en 1910 (Castro, Villarmea, 2004, 655), y también su deliberado e inveterado mariposeo editorial que le llevó a cambiar de administrador o de editor para unas obras mayoritariamente autoeditadas. «Ser su propio editor y distribuir su producción a través de sellos editoriales y libreros» (Valle-Inclán, 2006, 48), ésta fue su constante aspiración y/o práctica, con algunas excepciones, y el estudio de las relaciones contractuales establecidas en 1906 por Valle-Inclán con la casa editorial Perlado, Páez y Cía Sucesores de Hernando, una editorial fundamentalmente escolar (Botrel 1993), pero también administradora a partir de 1904 de las Obras de Pérez Galdós (Botrel, 1974), permite ilustrar, con datos fidedignos y precisos [1] , las condiciones de publicación y venta de dos títulos de Valle-Inclán, y comparar la marcha editorial y económica de estas obras con la de otras obras de escritores coetáneos.

La venta de  Jardín novelesco .  Observan los comisarios de la Exposición Valle-Inclán de 1998 (Valle Inclán , 1998, III, 8-9) que « desde la aparición de  Sonata de Estío hasta 1906, todos los títulos exceptuando  Antes de que te cases y  Jardín umbrío carecen de editor" y reconstituyen el método seguido por don Ramón: «primeramente la compra de papel, que suministraba al impresor contatado para al edición; enviaba los originales, cuidaba la impresión y encuadernación, y una vez lista la obra, la vendía a libreros y editores que ponían en ella su sello o simplemente la distribuían".

Este es claramente el método seguido para  Jardín novelesco , según se puede deducir de la documentación existente.

En efecto, por documento privado de 30 de abril de 1906 [2] , Valle-Inclán vende a Perlado, Páez y Cía 985 ejemplares de  Jardín novelesco: Historias de santos, de almas en pena, de duendes y de ladrones , impreso en Madrid, en la Tipografía de la Revista de Archivos, Biblioteca y Museos, en 1905 [3] ,  por la cantidad de 1. 477 pesetas 50 o sea al precio de 1, 50 peseta el ejemplar (según  Bibliografía Española de 1906, el precio de venta al público es de 3, 50 peseta).

Que se tratara de una impresión hecha a cuenta de autor, lo prueba un recibo, que acompaña la escritura, con sello de la Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, y firmado por su Administrador, José Pillado, que dice lo siguiente: «He recibido de los Sres Perlado, Páez y Cía la cantidad de 455 pesetas por cuenta de D. R. del Valle Inclán quedando saldadas nuestras cuentas hasta el día con el Sr. Valle Inclán con dicha cantidad».

En una hoja sin fecha que también acompaña, vienen los siguientes apuntes: «Fe: 120, Imprenta: 455, Pueyo: 300 = 875 + 602. 50= 1477. 50».

Un billete de Valle Inclán dirigido, el 27 de mayo de 1906, al librero Fernando Fe [4] , que también se conserva en la carpeta, da la explicación para las 120 pesetas. Diceasí: «Amigo Fernando: Habiendo hecho ( sic ) con la casa Hernando para la publicación y venta de mis libros, estos Señores le liquidarán, bien en numerario, bien en ejemplares, el saldo de 120 pesetas que tengo en contra de la última liquidación para lo cual bastará la presentación de esta carta autorización.Siempre su amigo, Valle-Inclán".

No es muy arriesgado suponer que las 300 pesetas asociadas con el nombre de Pueyo también corresponden a una deuda de Valle Inclán al librero-editor Gregorio Pueyo [5] , y deducir que de las 1477. 50 pesetas, solo cobra efectivamente Valle-Inclán las 602.50.

La historia editorial de  Jardín novelesco sería, pues, esta: Valle Inclán encarga a la Tipografía de la Revista de Archivos, Biblioteca y Museos donde también se imprimen, en 1905,  Sonata de Invierno , y  Sonata de otoño , la impresión de al menos 985 ejemplares [6] . Con el producto de su venta, por casi un 43% del valor venal de la tirada, abonado de una vez y en el acto, se libra, a través de quien resulta ser también su banquero, de tres deudas, quedándose con el efectivo remanente, o sea: 602.50 pesetas. El «editor» se irá resarciendo de las 1477.50 pesetas abonadas vendiendo directa o indirectamente los ejemplares existentes, hasta que se agoten, sin derecho a ninguna preferencia para otra edición. De hecho la siguiente edición de  Jardín novelesco , se hará en Barcelona, por Maucci, se supone que con la venta de los derechos para una edición [7] .

Para explicar por qué Valle Inclán entabló contactos con Perlado, Páez y Cía, interrumpiendo sus relaciones con Fe y posiblemente Pueyo, sirve, tal vez, una carta dirigida a Pérez Galdós que Hormigón (2008, III, 145) sitúa en abril de 1906 donde le dice: «¿Se olvidó usted de ( sic ) asunto de mis libros con Hernando o Jubera?» [8] . Como es sabido, Galdós al encargar a Perlado, Páez y Cía , el15 de enero de 1904 «la administración exclusiva de todas sus obras publicadas hasta el día y las que pueda publicar hasta 31 de diciembre de 1907» (Botrel, 1974), disfrutaba entonces de unas condiciones económicas bastante ventajosas (se quedaba con el 60 o el 65% del precio de venta de cada ejemplar), y no es de descartar que, aunque al fin no consiguió las mismas condiciones que Galdós [9] , Valle Inclán quien algunos años atrás, en 1902, se consideraba como «literato indigente» susceptible de recibir socorro de la Fundación San Gaspar (Hormigón, 2008, 61), también deseara probar fortuna con una casa que disfrutaba de una merecida fama de eficaz distribuidora y adinerada banquera (Botrel, 1993), en un periodo en que nuevamente se le habría «descompuesto el presupuesto», con las consiguientes estrecheces y la endémica inestabilidad económica (Castro, Villarmea, 2004, 658).

Lo cierto es que, muy poco tiempo después de venderle los ejemplares de la primera edición de  Jardín novelesco a Perlado, Páez y Cía, tambien le va a vender Valle Inclán la segunda edición de su  Sonata de estío , pero con otras condiciones.

La segunda edición de  Sonata de estío .  Con la segundaedición (1906) de  Sonata de estío. Memorias del Marqués de Bradomín  (Serrano, Juan, 1995, E15), parece que Valle Inclán renuncia transitoriamente a sus prácticas de autoedición y pretensiones a la autonomía editorial, ya que, como se verá a continuación, vende los derechos de esta edición y, sin desentenderse de ella, renuncia de hecho a regir todos sus aspectos materiales: una excepción más a las apuntadas por J. del Valle-Inclán (2006, 48)

Las distintas cláusulas o «condiciones» del contrato firmado el 17 de julio de 1906 son las siguientes [10] :

1 a . Los gastos de edición o sea: el papel, la impresión y la encuadernación en rústica se hará por cuenta de la casa editora

2 a . La tirada será de 1.000 ejemplares (mil) útiles para la venta.

3 a . La casa editorial tendrá en calidad de depósito los ejemplares destinados a la venta y llevará la cuenta de los ejemplares vendidos.

4 a . El autor percibirá el 25 por ciento del precio señalado en la condición 6a y solo de los ejemplares que se vendan.

5 a . Se harán liquidaciones semestrales.

6 a . El precio fijado para la venta al público: 3.50 peseta el ejemplar en rústica.

El libro, según Hormigón (2006,413), se publicó en noviembre de 1906 [11] y, con fecha de 25 de mayo de 1907, firma Valle-Inclán el siguiente recibo: «He recibido de los Sres Perlado, Páez y Cía la cantidad de 875 pesetas por derechos de una edición de 1.000 ejemplares de mi obra  Sonata de estío que marca el precio de venta al público tres cincuenta pesetas, quedando en completa libertad dichos Sres para hacer el cambio de cubierta con una rebaja sobre dicho precio si así conviene a sus intereses. Quedando liquidadas todas nuestras cuentas hasta hoy».

Con respecto a la situación anterior (la expuesta para  Jardín Novelesco ), se conoce que Valle-Inclán ha desistido de ser su «propio editor» y, al no costear la edición, acepta unas condiciones económicas menos ventajosas (un 25% neto en vez de un 30%) y un pago diferido aunque no escalonado como lo preveía el contrato ya que la liquidación total de los 1.000 ejemplares se hace al semestre de publicarse el libro, mediante la aceptación por Valle de la posibilidad de que se venda el libro a un precio inferior al estipulado [12] .

En cuanto al control del aspecto físico de su libro, ¿pudo cuidar Valle-Inclán la segunda edición con el mismo esmero que la primera? Un cotejo entre ambas nos enseña que si bien Valle pudo haber decidido algunos cambios o mejoras en el (su) texto, la calidad de la segunda edición resulta más bien inferior [13] .

De buenas a primeras, el aspecto del libro impreso en la Tipografía de los Sucesores de Hernando apenas se diferencia del impreso por A. Marzo en 1903,con una disposición de la portada similar, con el mismo motivo tipográfico de igual tamaño en la parte superior, aunque la V se sustituye a la U en la composición de «Marqvés» y «pvblica» (como para  Jardín novelesco y  Sonata de invierno en 1905- Pero, para las letras capitales, se emplea tinta negra en vez de tinta cárdena [14] , y mucho ha empeorado la calidad del papel (ya no imita el papel verjurado). Ha cambiado el formato (17x11 /15, 3x10, 5), y, debido al cuerpo del nuevo tipo empleado, ha aumentado el número de páginas (262 p/215p.).

En el texto propiamente dicho, sin pretensión a un cotejo sistemático, se puede observar (p. 42) la desaparición de la nota de la página 15 en la edición de 1903 [15] , la adición de unas líneas al final del capítulo, p. 221, después de « General Diego Bermúdez» [16] , de «Así termina la  Sonata de estío » al final, y algunas variantes más [17] .

En el paratexto, la adición de una Dedicatoria a Rubén Darío ( p. 9), y una evolución lógica de la lista de «Obras del autor» ( p. 11), son con lo ya señalado, señal de que Valle-Inclán ha proyectado una verdadera segunda edición cuyo aspecto formal no controla del todo, sin embargo.

En total, no se puede decir que con la segunda edición de su  Sonata de estío , Valle-Inclán haya progresado mucho en la vía de afirmación de su autoría y  editoría , sin que se sepa si, una vez más, su situación económica y personal pudo más que su afán por afirmar su dignidad y responsabilidad autorial.

Comparadas con las condiciones vigentes en la Casa editorial Perlado Páez y Cía o en Renacimiento para situaciones similares (Botrel, 2008, 264), las aceptadas por Valle no son ni mejores ni peores, aun cuando Rubén Darío, por ejemplo, pudo, en la misma época, lograr mayores beneficios de la edición por Perlado, Páez y Cía, a costa –eso sí ¾ de incumplir parte del contrato firmado el 6 de diciembre de 1907 [18] .

Lo cierto es que la siguiente edición de  Sonata de estío , la de 1907, no se hará por Perlado, Páez y Cía sino en Barcelona, por F. Granada y Cía, con un formato y un número de páginas nuevamente distintos (18x13 cm y 221 p.) y que, tras esta experiencia derrogatoria, conforme con su habitual mariposeo editorial y librero [19] , Valle publicará o venderá sus siguientes libros a través de otras editoriales: F. Granada y Cía de Barcelona para  Aguila de Blasón y M. Pérez Villavicencio en Madrid para  Aromas de leyenda , se conoce, para esta última obra, que con pretensiones a conseguir condiciones económicas más ventajosas, aunque luego le salieran hasta peores que las pactadas con Hernando en 1907: «Siento mucho que se haya dejado engañar por Villavicencio que es una sociedad de ladrones. A mí me ha estafado 1.000 pesetas y usted debe asegurarse antes de entregar el original» le escribirá Rubén Darío (Hormigón, 2006, 104)) [20] .

Los mieles del rosal y demás obras . Posteriormente, se reanudarán en alguna manera las relaciones de Valle con Perlado, Páez y Cía: en 1909, los tomos II y III de la  Guerra carlista  también se distribuyen por Perlado, Páez y Cía, conjuntamente con Pueyo, y en 1910, edita Perlado, Páez y Cía, por cuenta de Antón del Olmet y Prudencio Canitrot, un libro de Valle-Inclán, el primer tomo de la»Biblioteca de escritores Gallegos»,  Los mieles del rosal (Serrano, Juan, 1995, E37), «una antología de su prosa inmaculada» dice el anónimo prologuista (posiblemente el propio Antón del Olmet). Pero no parece que Valle-Inclán, ausente de España, haya tomado cartas en el asunto ni que esto haya supuesto unas nuevas relaciones contractuales directas con Perlado, Páez y Cía quienes en la lista de «Obras de escritores gallegos que se hallan de venta en la Casa de los Sres Perlado, Páez y Cía» en la que entran las de Rosalía de Castro, Curros Enríquez, Prudencio Canitrot y Luis Antón del Olmet y también las de S.ofía Casanova, Vicente García de Diego, Basilio Álvarez, Javier Valcarce, José Pan de Joraluce (Micromegas), Ricardo Barros Pintos, Francisco Tettamancy y Ulpiano Nogueira, no incluyen las de Valle, a pesar de que «Valle-Inclán es gallego, (…) gallegos son la mayoría de sus personajes, de sus narraciones, de sus complejidades, (…) ha escrito las legendarias tierras del Noroeste, y (…) se ha metido en el alma de aquellos bravíos hidalgos que viven en los Pazos y en las orillas de las rías« como escribe el prologuista de  Los mieles del rosal y de que dos años depués, se verificará su «retorno a Galicia» [21] .

 Posteriormente, con base a un nuevo acuerdo (del que se desconocen los términos), consta que Perlado, Páez y Cía se encargarán , en 1913, no se sabe si en exclusiva, de la edición o distribución de los tomos II ( Flor de santidad ), IV ( El embrujado ), VI ( Sonata de estío ), IX ( Aromas de leyenda ) de las  Opera Omnia , impresos entre marzo y julio (Lavaud, 1979, 607-8) [22] , y, en 1914, de los tomos X ( La cabeza del dragón ), XI ( Corte de amor ), XII ( Jardín umbrío. Historias de santos, de almas en pena, de duendes y ladrones donde se publica, por primera vez,  Mi bisabuelo  (Devoto, 2007), y XV ( Romance de lobos ) [23] .

 En 1916 Valle-Inclán redactará un prólogo para el  Entremés de la guarda cuidadosa de Cervantes editado por Perlado, Páez y Cía.

 Con estos datos inéditos aportados por la historia del libro y de la edición, se confirman, en alguna medida, la hipótesis de Joaquín del Valle-Inclán sobre las prácticas editoriales de Ramón del Valle Inclán y se ilustra la de Castro y Villarmea (2004, 655) sobre su aspiración a «triunfar en los dos extremos de la cadena, el literario y el económico (que) explica el alto grado de exigencia que demanda en las condiciones de edición y los conflictos que esto supone».

Con la diversificación (incluso geográfica) de los cauces de publicación de sus obras y la multiplicación de las apariciones de la  firma Valle Inclán -de su persona y de sus obras-, a pesar de las cortas tiradas de cada edición de sus libros [24] , va consiguiendo Valle Incl1a, progresivamente, como por acumulación y saturación, lograr una amplia difusión de su obra que acompaña y favorece la consiguiente notoriedad literaria.

Falta saber si las contrapartidas económicas esperadas o imaginadas también acompañaron: para decidirlo no bastan las declaraciones del propio autor ni siquiera algún dato suelto. Solo conste, por ahora, que, en 1906, la venta de  Jardín novelesco supuso para Valle-Inclán un beneficio neto de 1.038 peseta o sea: casi el 30% del precio de venta de cada ejemplar del libro y que , en 1907, la segunda edición de  Sonata estío  le rindió 875 pesetas. A comparar con el precio del pan de libra y media (0.28 peseta en Barcelona [25] ) o con el presupuesto anual de una familia (obrera) de cuatro individuos en 1909 [26] , o también con la remuneración recibida por escribir  La cara de Dios [27] , los ingresos de Pérez Galdós o de Ricardo León y el sueldo anual de los catedráticos Giner de los Ríos (9.750 pesetas en 1902) u Ortega y Gasset (6.000 pesetas en 1914 [28] ).

Sirvan, pues, estos datos como una ilustración más (documentada y cifrada) de las tácticas y sinsabores que supone para Valle Inclán la pertinaz estrategia de reivindicación de una imperfectamente lograda autonomía literaria y financiera y, también de la necesidad de seguir estudiando el dificultoso proceso de afirmación de la condición moderna del escritor, con todas sus implicaciones para la historia intelectual y literaria de España .

Conclusión:

Jean-François Botrel (Université Rennes 2-Haute-Bretagne)

Estudios citados:

Botrel, Jean-François, "Sobre la condición de escritor en España : Galdós y la casa Editorial Perlado, Paez y Cía, sucesores de Hernando (1904-1920),  Letras de Deusto , 4, n° 8, julio-diciembre 1974, p. 261-270 (Reproducido en: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes).

----,  La diffusion du livre en Espagne (1868-1914). Les libraire s, Madrid, Casa de Velázquez, 1988

----, «Nacimiento y auge de una editorial escolar: la casa Hernando de Madrid (1828-1902)», en: J.-F. Botrel,  Libros, prensa y lectura en la España del siglo XIX , Madrid, Fundación Germán Sánchez Ruipérez, Ed. Pirámide, 1993, pp. 385-470.

----, "Ricardo León : éxito editorial y crematística", en :  Homenaje a José María Martínez Cachero , t. II, Oviedo, Universidad de Oviedo, 2000, p. 263-275..

----, "La recepción de la obra de V. Blasco Ibáñez en Francia (1902-1938)", en: J. Oleza, J. Lluch (eds.),  Vicente Blasco Ibáñez : 1898-1998. La vuelta al siglo de un novelista. Actas del Congreso Internacional celebrado en Valencia del 23 al 27 de noviembre de 1998 , Valencia, Generalitat Valenciana, 2000, p. 967-976.

----,  Libros y lectores en la España del siglo XX , Rennes, JFB, 2008.

Buil Pueyo, Miguel Ángel, «Gregorio Pueyo (1860-1913): librero y editor del modernismo»,  El Fingidor , n° 27-28 (en.-junio 2006), pp. 20-21.

Castro Delgado, Luisa, Villarmea Alvarez, Cristina, «Valle Inclán frente a la industria del libro»,  Anales de la literatura española contemporánea , ALEC, 29, 3, 2004, pp. 91-114.

Conard, Pierre, Lovett, Albert, «Problèmes d'évaluation du coût de la vie en Espagne: I. Le prix du pain depuis le milieu du XIX siècle». Mélanges de la Casa de Velázquez, 5, 1969, pp. 411-441.

Devoto del Valle-Inclán, Jorge, Prólogo y edición de  Mi bisabuelo por Ramón del Valle-Inclán, Santiago de Compostela, Universidade de Santiago de Compostela, MMVII

Hormigón, Juan Antonio,  Valle-Inclán. Biografía cronológica , Madrid, Publicaciones de la Asociación de Directores de Escena de España, 2006-2007, 4 tomos.

Lavaud, Eliane, "Estudio bibliográfico de las ediciones y reediciones de las obras de Valle Inclán (1895-1936), Saint-Etienne, CIEREC, dec. 1974, pp. 95-147.

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Serrano Alonso, Javier, Juan Bolufer, Amparo de,  Bibliografía general de Ramón del Valle-Inclán , Santiago de Compostela, Universidade de Santiago de Compostela, 1995.

-Valle-Inclán Alsina, Joaquín del,  Ramón del Valle Inclán y la imprenta (Una introducción), Madrid, Biblioteca Nueva, 2006.

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[1]  Este estudio tiene por base documental una carpeta denominada «Contratos para consultar en caso de necesidad», conservada en la editorial Hernando y consultada en julio de… 1973, Se desconoce su actual paradero, con la consiguiente imposibilidad, hoy por hoy, de reproducir los documentos entonces aprovechados.

[2]  Rectifico la fecha que consta en mis apuntes de 1973: 1905, que no puede ser la adecuada

[3]  Véase Valle Inclán (1995, 49) y Serrano, Juan (1995, E. 12. Incluye catorce narraciones. Consta de 262 p. con una caja 10 x 7 cm con 18 líneas. El ejemplar consutado en la Biblioteca Nacional de España mide 16x12 cm) El dibujo de cubierta es Ricardo Baroja El Boletín de la librería lo menciona en mayo de 1906» (Hormigón, 2008, 387), o sea: inmediatamente después de ajustar la venta..

[4]  Con Fernando Fe, librero madrileño de referencia para la literatura (Blanquat, Botrel, 1981, 9; Botrel, 1988), ya estaba relacionado Valle-Inclán, con «cuentecilla», como lo prueba la carta sin fecha en que le le propone quedarse con los doscientos ejemplares de Epitalamio en «35 durejos (Están al cincuenta por cien, y hago una rebaja de 25 ptas» sin que Fe lo acepte, por lo visto («No conviene por ahora. Estamos en mala época» comenta F. Fe) (Hormigón, 2006 III, 42).

[5]  Sobre Pueyo, véase el artículo de Buil Pueyo (2006).

[6]  Puede ser que Valle Inclán se haya quedado con algunos ejemplares, pero la tirada no pasaría mucho de la prudencial cantidad de 1.000 ejemplares.

[7] Esta nueva edición de esta colección de cuentos y novelas cortas se publica con cinco nuevos títulos y sin Don Juan Manuel (Lavaud, 1974, 105, nota 45).

[8] En algún momento, Galdós pudo hacer de mentor editorial para Valle Inclán . Véase, por ejemplo, lo que escribe Hormigón ((2006, 315): en 1902 «el maestro le aconseja que debe darlos (sus libros) al contado y un descuento solo del veinticinco por ciento y no del cincuenta».

[9] Las condiciones económicas conseguidas por Valle-Inclán (casi un 43% del precio de venta con los gastos de impresión a su cargo) son mucho menos ventajosas que las reservadas a Galdós en 1904 (un 65% para las obras a 2 pesetas y un 60% para las demás) pero un poco más ventajosas que las que regirán a partir de 1906 para la venta en comisión de las obras de Galdós (un 40%, descontándose de las primeras liquidaciones los gastos de impresión en la imprenta de Hernando de las nuevas ediciones (Botrel, 1974). Obsérvese que ambos siguen siendo propietarios de sus obras. Algunos años después, en 1919, en la misma casa editorial, otro autor auto-editado, Ricardo León, se queda con el 50% (Botrel, 2000).

[10] Por las razones expuestas en la nota1 , no se garantiza la letra de las distintas condiciones, sí su contenido.

[11]  Madrid, Tip. de los Sres Suc. de Hernando, 1906, 17x12 cm, 262 p.

[12]  No sabemos, por ahora, si Perlado, Páez y Cía efectivamente cambió la cubierta (la lamentable costumbre de quitar las cubiertas al encuadernar los libros en rústica priva de muchos indicios a los «bibliógrafos materiales»), pero es clara señal de que a cambio del pago del total de la edición, Valle-Inclán renuncia a ejercer la parte moral o simbólica de sus derechos de autor, al aceptar una posible rebaja en el precio, sin hablar de venta a precios de saldo…

[13] De la primera edición (Madrid, Imp. de Marzo, 1903, 215 p. 16 cm) se conservan en la Biblioteca Nacional de España dos ejemplares, uno de ellos (1/19685) que merecería conservarse en la Reserva, con la bonita firma de «Ramón del Valle Inclán» y la reconocible grafía de la I temblada y prolongada hacia abajo y una rúbrica en cada cuaderno; el otro (7/107013) lleva comentarios marginales con lápiz de un lector y muchas palabras subrayadas también con lápiz por algún lector interesado pero poco respetuoso del libro.

[14]  Los comentarios sobre el escudo y el monograma de la página 11 (?), por falta de ejemplares a la vista, no se pueden hacer por ahora.

[15]  «Estas páginas son un fragmento de las «memorias amables» que empezó a escribir el Marqués de Bradomín. ¡Aquel viejo cínico, descreído y galante como un cardenal del renacimiento».

[16]  «Yo sentía una fiera y dolorosa altivez al dominarme. Mis enemigos, los que osan acusarme de todos los crímenes, no podrán acusarme de haber reñido por una mujer. Nunca como entonces he sido fiel a mi divisa: «Despreciar a los otros y no amarse a sí mismo»

[17]  Por ejemplo, p. 42: «mezclábase el mareante» (1906)/»al mareante» (1903) , p. 63: «los aventuros españoles/los aventureros españoles» (1903), p. 213: «llegamos al jacal» (1906)/«Jacal» (1903, p. 183), y alguna modificación de la puntuación, como en la p. 99. Pero algunas de las variantes encontradas también pueden deberse a algún descuido en la composición no salvado en la corrección de las pruebas. Ya se atribuye un tilde a la A mayúscula acentuada (p. 214, por ejemplo)y los distintos capítulos se abren en páginas impares.

[18]  Según dicho contrato, Rubén Darío (Legación de Nicaragua) vende a Perlado, Páez y Cía la primera edición de sus Obras escogidas y otra de Poesías originales por la cantidad estipendiada de 1.500 pesetas pagadas al contado («que me serán entregadas al presentar este documento» dice), más 500 ejemplares de cada uno de los tomos. Rubén Darío cobrará las 1.500 pesetas (el 9-12-1908 en nombre de Rubén Darío su secretario Fernando Villar cobra las 250 pesetas que restan de la venta hecha hace días), pero no entregará al editor el original del tomo de Poesías . Solo le queda a Perlado, Páez y Cía no entregar los 500 ejemplares de los dos volúmenes de Obras escogidas . Como observa Gabino Páez en una nota al pie del contrato «el perjuicio realmente fue para nuestra casa».

[19]  En 1907, según datos conservados en el archivo de la Asociación de Escritores y Artista sEspañoles, Valle tiene depositadas en la Librería de dicha asociación varios ejemplares de distintas obras que, en julio de 1907, le devengan 18 pesetas.

[20] Véase al respecto la carta de Insúa a Rubén Darío de 26 de abril de 1907,citada en Hormigón (2006, I, 436).

[21]  Sobre las obras de escritores gallegos editadas o administradas por los Sucesores de Hernando entre muy especialmente Rosalía de Castro, Curros Enríquez y la «Biblioteca de Escritores Gallegos», tengo previsto publicar un estudio específico.

[22] Sin embargo, según los datos de que dispongo, en los tomos III, V, VII y VIII también impresos por las mismas fechas en la Imprenta Helénica no consta referencia alguna a Perlado, Páez y Cía…

[23] En cambio, la reedición (?) del tomo V, y la del VI no implicaría a Perlado, páez y Cía.Convendría, tras un trabajo más exhaustivo de bibliografía material poder aclarar esta confusa situación y lo de la «emisión de partidas diferentes de una obra en el mismo año: los distintos «editores» serían de hecho los administradores de una misma edición e impresión (cf. Castro, Villarmea, 2004, 651).

[24] Compárense con las tiradas de Galdós, Ricardo León, Felipe Trigo o Blasco Ibáñez (Botrel, 1974, 2008, 2000a y b).

[25]  Según Conard, Lovett, 1969. En 1906, cada ejemplar de Jardín novelesco le daría, pues, para 3 panes y medio de libra y media (690 gramos), comprados en Barcelona.

[26] Según el Calendario del obrero para 1910 (pp. 35-36) la alimentación «siempre igual y nada apetitosa» cuesta 755, 85 pesetas ye le alimbrado y limpieza 108, 65 pesetas.

[27] Según Hormigón (1986, 284), por cada cuadernillo de 24 p. de La cara de Dios (con 25/35 líneas y 10-12 palabras) cobró 28 pesetas o 75 pesetas por 74 páginas de la Cara de Dios. Por un artículo para El Globo cobraba en 1902, 50 pesetas (Hormigón, 2006, 329).

[28]  Inclusive, en ambos casos, el plus de 1.000 pesetas recibidos por residir en Madrid. (Fuente: www.filosofia.org/ave/001/a205.htm).